sábado, 17 de febrero de 2018

Reencuentros esperados y sorprendentes: Mis niños FARINATOS

Va camino de siete años que yo dejara de trabajar en el CEIP "Miróbriga" de Ciudad Rodrigo. Y aunque luego viví otro curso allí, cuando trabajé en Robleda, por entonces me encontré a muy pocos alumnos. Me parece que tampoco hice porque ese encuentro se produjera porque no fue mi mejor año precisamente.

El caso es que desde hace unos tres años hasta ahora, he vuelto a ver a algunos de mis farinatos. 
Primero fue Sofía, que aunque se marchó a mitad de curso, en 5º, era parte de esa clase. Y fue ella la que se acercó a mí, después de una de mis primeras clases prácticas en la autoescuela...¡Qué alegría! Y qué bonito ver que a alguien le brillan los ojos al verte.

Luego fue Estela, me emocioné mucho al verla representando La Pasión en la Purísima, y un tiempo después pude quedar en plena Plaza Mayor para tomar algo con sus padres, su hermano y ella.
Durante la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo, a finales de agosto de 2016, vi, de refilón, a Nor. Me encontré, o me encontró, Laura, también en la Plaza Mayor (pero de Ciudad, como ellos dicen), a la que si no se me hubiera quedado mirando no habría conseguido reconocer por lo mucho que había llovido y por su look con trencitas de colores. En ese mismo marco, se acercaron a saludarme Alejandro, Daniel y, nuevamente Estela.

Entre medias, después de verlo, reconocí (tarde) a Javier, que luego al preguntarle vía Facebook me confirmó que sí, que era él al que había visto por el barrio, en Salamanca capital.

Y ya en octubre del año pasado, otra vez en la Plaza Mayor, a Paula Briones (pongo el apellido porque había dos Paulas en clase).  Qué orgullo y qué grata sorpresa que alguna de mis alumnas vaya a ser maestra.

Una vez más, el destino me demuestra lo caprichoso que es. En casa de una amiga, bendita casualidad, ayer vi entrar con una mesa a David, al que no veía desde hace más de cinco años y medio. Lo recuerdo con frecuencia, este blog trata de emociones, y debo que compartir momentos tan bonitos como este. Además del tiempo que había pasado, por lo absolutamente inesperado. O más bien esperado pero que era alguien con el que no creía, ni por asomo, que iba a reencontrarme ayer 16 de febrero de 2018. Una alegría ver lo mucho que todos habéis crecido, lo guapos que estáis (y que eráis) y que os va bien, que para mí es lo más importante. 

Y Estela, aunque no te lo creas, he conseguido no llorar, pero me parece que se ha debido más al SORPRESÓN que a la emoción, que era indescriptible. GRACIAS a los que me he ido reencontrando en el camino, a los que sigo la pista aunque no haya tenido la oportunidad de ver en persona, y a todos los demás. Mis primeros "niños" fueron del CEIP "Leonardo Da Vinci" de Parque Coimbra (Móstoles), y todavía me pregunto cómo es posible en solamente dos meses y medio que les cogiera tanto cariño. Mención especial a Andrea Delgado Serrano, eres un auténtico sol, por muchos motivos. Pero ya como tutora, estando todo un curso, al final fueron dos, 5º y 6º, los niños y niñas del Miróbriga, fuisteis y seréis siempre MIS NIÑOS. "Mis niños" porque acababa de aprobar las oposiciones y sentía una alegría y una ilusión que me daban una energía difícil de explicar y de entender. Imagino que también influye la edad de entonces, que adoro lo que hago (antes y ahora) y que, no es ningún secreto, soy una madraza.

Algún día, no sé ni cómo, ni cuándo ni tampoco dónde, me encantaría veros. Omar, David, Paula Azabal, Estela, Javier, José Manuel, Eva, Sara Bernal, Paula Briones, Alejandro, Alicia, Nor, Óliver, Laura, Sofía, Daniel, Sara Gutiérrez, Adrián, Fady, Eva y Nuria. Gracias a vosotros y a las mamis (y algún papi) que me tienen en mente, pese a lo exigente/pesada que era y mi poca experiencia laboral previa.

Por cierto, si alguno me ve y no lo reconozco, si os apetece, acercaros, tened en cuenta que han pasado unos añitos y sois unos hombres y mujeres hechos y derechos y no es tan sencillo reconoceros entre la gente.

Y hoy, acabo con un mensaje para David, por ser mi reencuentro más reciente. Qué ilusión, me parece que ni tú ni yo pensábamos, ni por lo más remoto, que hoy íbamos a coincidir. Se me ha quedado una sonrisa de oreja a oreja. Por momentos como los que he contado en esta entrada, y por otros tantos que me guardo, esta es, desde siempre, una de las profesiones más maravillosas del mundo (y quizá una de las más complicadas). Qué regalazo...

Y con ellos os dejo, con la foto de clase del 13 de junio de 2011, que todavía mantengo en mi habitación. Os lo he seguido diciendo pero, me resulta inevitable: Os quiero.

Fotografía propiedad de Raquel Plaza Juan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario