sábado, 3 de febrero de 2018

EMOCIÓNATE: día 12, tristeza...¿o enfado?

Tarde rara elevada a la máxima expresión. Pasa mucho más de lo que parece. En este caso, había "planificado" la segunda sesión sobre la tristeza, que era continuación del miércoles de la semana anterior. Desde el minuto 0, veo que en el aula se respira una tensión considerable. Hay días en las que todo se acumula y le sacamos punta a cualquier cosa que digan "los otros." Y eso sucedió el miércoles 31 de enero. Despedimos enero enfadados, muchos creo que era más un mosqueo con ellos mismos que con otras personas. Y claro, así ya podía plantear las actividades sobre la tristeza...que no era el momento. A veces hay que comerse lo planificado "con patatas." Y en mi humilde opinión eso no está mal, porque urgía más intentar suavizar (aunque fuera un poquito) el mal rollo que se respiraba entre algunos niños que insistir en profundizar en otras cosas.

Intenté que algunos limasen asperezas, pero no resultó nada fácil. Es complicadísimo acercar posturas cuando una de las partes está enrocada y no quiere ceder ni un poquito. Y así, con la mitad de la clase cabreada (el enfado o malestar era principalmente entre algunos alumnos), poco se pudo hacer.

Comencé con la historia de Vacío, cuento de Anna Llenas. Os pongo el vídeo:





Con la mano en el corazón, de los libros de Anna Llenas, es mi preferido, ya lo puse en otra entrada del blog, aunque quizá no sea el más conocido por el público en general. Opté por contarles el cuento con el libro físico, a lo mejor el vídeo anterior habría funcionado mejor (me voy a quedar con la duda)...

Después, sin papel, les fui preguntando cuál era su color más triste, su comida más triste, la escena más triste de una película...Y a poder ser, que explicaran un poquito el porqué de sus respuestas. Me basé en el vídeo siguiente:



A continuación les entregué una ficha con una pregunta directa...¿Qué te pone triste? Y en él cada uno escribía lo que le parecía. También di a todos la oportunidad de comentar sus respuestas (si querían). Y aquí se vio, una vez más, las vivencias de cada niño y los escudos que algunos se ponen (y que son entendibles).

Al final les enseñé un "botiquín emocional contra la tristeza." Los invité a adivinar qué podía haber dentro. Y los animé a reflexionar sobre ellos mismos, y qué es lo que introducirían en su botiquín emocional particular. Comparto algunas fotos por si alguno quiere probar algo semejante con sus alumnos. Si dispusiera de más tiempo, habría estado fenomenal, que cada cual diseñara su propio "botiquín emocional."

Esta fotografía y todas las de esta entrada, son propiedad de Raquel Plaza.












Y con esa sensación, de tarde extraña, no muy productiva, e incluso algo frustrada y disgustada, los despedí, pidiéndoles por favor que la semana siguiente intenten llegar de otra manera (el cómo llegan al taller es un reflejo de cómo están en el cole, en su casa, con sus amigos...). Además, puestos a pedir, que pensaran al empezar el día cómo hacer más agradable la jornada a sus compañeros, y que probablemente así ellos también se sentirían mejor. Y como el cariño es inmenso, vamos a ver qué tal va todo el miércoles 7 de febrero, seguro que mejora.

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