sábado, 17 de febrero de 2018

Educación sexual en las aulas...¿A qué estamos esperando?

Tenía reservado un artículo que leí en El País a finales de 2017, para elaborar una entrada en el blog sobre este tema. Se llama "Cuando la pornografía sustituye la educación sexual."  

El artículo anterior nos alerta del peligro de internet porque, nos guste o no, ha cambiado la manera que tienen nuestros niños y adolescentes de relacionarse a nivel afectivo-sexual. Ese acceso ilimitado e indiscriminado a internet, hace que encuentren respuestas a todas las preguntas que ellos se hacen. Pero, sinceramente, no creo que constituya la mejor fuente de información, ni para otros temas ni para esta cuestión. Desde que empecé a trabajar como maestra, vi que los alumnos tienen curiosidad (natural) por saber, aunque muchas veces no se atrevan a preguntar. No sé si acierto o estoy equivocada, pero intento que si ellos necesitan saber, puedan preguntar, sin temor a ser juzgados ni a represalias de ningún tipo. Y doy fe que sí, que sí preguntan, y con la mayor naturalidad del mundo, cuando comprueban que están en un clima de confianza propicio para hacerlo. Al principio se ríen, luego no, solamente quieren estar informados, y eso me parece maravilloso. No sé yo quien les corte las alas ni ponga una mala cara, aunque reconozco que no son cuestiones cómodas para muchos docentes, ni de Primaria ni de Secundaria. A mí, hablando de una manera respetuosa, saben que sí pueden pedirme que les aclare lo que sea, y ya busco yo la manera más idónea de resolver sus dudas. Me da igual si son de Primaria o de Secundaria, no creo que sea correcto no darles una respuesta.

En el camino de publicar esta entrada y haberla dejado en la reserva, aparecen varias noticias espeluzantes, que me repugnan, dan que pensar y desde luego no invitan a quedarse de brazos cruzados, sino a pasar a la acción. Sinceramente, al enterarme de la noticia de la presunta violación de un niño de 9 años durante el recreo a manos de otros alumnos de entre 10 a 14 años, sentí ganas de llorar, de vomitar y un asco y un dolor tremendo. Hay cosas que no alcanzo a entender. Por si  se os pasó la noticia, es relativamente reciente, pongo enlaces de distintas fuentes:

Lo más reciente aparece en la reseña de El Mundo. Parece ser que no se les puede imputar, a ninguno de los presuntos responsables de un hecho tan sumamente grave, por ser menos de 14 años. ¿Y ahora qué?

Pues como si con eso no fuera suficiente, me entero hoy de una noticia que no me deja indiferente. En Ondarroa se ha suicidado un chico transexual de 16 años. Dicen que se dio por vencido ante tanta demora y tanta traba...Aunque su familia y amigos lo apoyaran, no hay que ser muy avezada para pensar que seguramente en más de una ocasión fuera objeto de burlas, miradas ajenas, risas...Y considero que para evitar que noticias como estas sean reales, una educación sexual es necesaria.

Por mi parte, además de lo comentado en otros párrafos, el no tener una venda en los ojos y saber que ellos (mis alumnos, los de ahora y los de antes) quieren y necesitan saber, y de una fuente fiable, me animó a hacerles saber que cuando no sepan algo, con la mayor tranquilidad y naturalidad del mundo, pueden preguntarme. Y, de la misma forma, trato de responderlos. En mi aula disponen de libros sobre cambios en la pubertad, adolescencia, y sexualidad según la edad. No soy tonta y no todos los materiales los dejo al alcance de cualquier edad. Algunos ya los he recomendado en otras entradas del blog, aquí los agrupo y añado otros nuevos:

Os remito a la entrada del 26 de diciembre de 2016, en la cual recomiendo 14 libros sobre estas cuestiones. 

También incluyo dos que, en principio, salvo algún capítulo que de manera puntual podría servir para alumnado de 5º o 6º de Primaria, me parecen apropiados únicamente para chicos y chicas de la ESO o Bachillerato. Son estos:




Una curiosidad. El segundo libro viene acompañado, según las secciones, de códigos QR para ver videotutoriales de la autora, sexóloga, en la que explica de una manera sencilla y concisa muchos temas que pueden interesar a nuestros adolescentes.

Aquí defiendo la presencia de la educación sexual en todas las aulas, pero quiero pensar que no estoy sola en esta defensa. Puedo poner mi granito de arena, pero el poder cambiar algo reside en la unión de fuerzas, no en la división.

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