sábado, 9 de diciembre de 2017

OTN 2017: Operación Tarjetas de Navidad 2017

He de empezar disculpándome por no haber escrito en el blog desde hace más de la cuenta. La explicación es simple: falta de tiempo. Podría haber escrito "algo" a la carrera pero el resultado desastroso que intuía si hacía eso, me frenó en seco.

Estoy inmersa, como cualquier docente del lugar que sea, en el final de la tercera evaluación...A eso le añado actividades varias fuera de mi horario laboral y la OTN 2017 que da título a esta entrada.

Llevo más años de los que recuerdo, felicitando la Navidad a las personas que siento que debo hacerlo. Bueno, en realidad, las navidades son una "excusa" (de otras tantas) perfecta para decirle a MI gente que me acuerdo de ellos, que son especiales, que me importan mucho. En mis comienzos compraba las tarjetas...Con los años, como me gusta actuar acorde a lo que me apetece (y puedo), pensé...¿Y si las hago yo? La verdad el resultado es bien distinto, por supuesto que no son las tarjetas más bonitas del mundo ni mucho menos. Lo que pasa es que así me aseguro que son Raquel al 100%, o Raquelilla o Rachel o Ra, como cariñosamente me llaman personas cercanas. 

En mi casa aguantan estoicamente el zafarrancho que preparo en el salón. Es vox populi que estoy haciendo tarjetas porque despliego todos mis útiles de papelería (que dan para tres mercadillos) encima de la mesa del salón y otros muebles cercanos, me convierto en una okupa en mi propia casa. Este año aproveché un catarrazo que me duró casi tres semanas, para elaborar la primera "hornada", en uno de esos fines de semana en los que por motivos de salud, lo que debes hacer es quedarte en casita. El problema (o no, según se mire) es que requieren mucha dedicación, y el tiempo "libre" escasea...

Pero hoy, al fin, puedo gritar a los cuatro vientos que están todas hechas, y estoy muy contenta porque van a llegar a tiempo a todo el mundo. Lo que viene después de acabarlas es mucho más agradecido, escribir la felicitación en sí y poner rumbo a Correos. Os dejo una muestra de las que he hecho este año, omito el número con toda la vista, porque es una cantidad más que curiosa. Deciros que en la primera imagen solo hay unas cuantas.

Todas las fotos de esta entrada, son propiedad de Raquel Plaza.





Anoche repasaba la lista, cada año repaso la del anterior y quito o pongo según las circunstancias para hacer una nueva. No se trata de hacer tarjetas a granel, sino un número ajustado a las que quiero enviar. Y con la lista delante de mis narices, comprobaba que hay personas que se mantienen desde el comienzo, otras intermitentes, algunas de reciente incorporación, y otras nuevas. Aunque, como podéis suponer, hay gente que se ha ido cayendo de esa lista. No busco culpables, hay años que unas personas están más presentes en mi vida que otras, por las razones que sea. Hay gente que sabes que no está a la vuelta de la esquina, que casi ni la ves, pero que estar, está. Ese tipo de personas que se preocupan por qué tal estoy, por cómo me va en el trabajo, por si río, por si lloro, por si estoy preocupada, por si me siento ilusionada, por si estoy triste o me inunda la felicidad...Y gente con las que, aunque ya no tenga la posibilidad de tenerlas en mi día a día, quiero que sigan estando en mi vida.

Me he dado cuenta de lo caprichoso que sigue siendo el destino, de cómo a veces saca de nuestra vida a alguien que ni remotamente nos hubiéramos planteado que algún día podría llegar a salir de ella. Y cómo, con idéntica fuerza, te devuelve a personas con las que has coincidido en el pasado por el motivo que fuera, y la alegría que supone saber que se acuerdan de ti, que siguen contando contigo.

Cada uno de nosotros elegimos, de manera indirecta o no, a quién queremos tener a nuestro lado y a quién no. Con el tiempo voy aprendiendo, otros dirán que escarmentando, a no volcarme en gente que me utiliza o que parece pasar olímpicamente de mí. Obviamente no puedo enviar tarjetas a todos los que les tengo cierto aprecio, o necesitaría tres extras de Navidad. Lo de elegir a las personas que deseamos tener con nosotros lo digo refiriéndome a la vida, en general, no a las tarjetas de Navidad en particular.

A los destinatarios de estas tarjetas, deciros que aunque vosotros no os deis cuenta, si os llega una de ellas, es porque el cariño que os tengo es grande (sobran los motivos) y para mí, no para el vecino del quinto, de una manera u otra, habéis sido importantes en este 2017 que en breve se despide.

 Ya sabéis que están hechas con toda la ilusión del mundo y, cómo no, con mucho cariño. Bueno, ilusión y que parece que he arrasado con las existencias de todas las papelerías de Salamanca. Por cierto, un mensaje para los que os la envío por primera vez: de corazón, espero que esta sea la primera de muchas navidades en la que os felicite así. ¡Me encanta dar trabajo a Correos (aunque sea una vez al año!

Suelo hacer fotos de las tarjetas que hago para tener un recuerdo de los modelos de cada año e intentar introducir novedades cada Navidad. Las fotos son una pequeña muestra de las felicitaciones de este año. Los veteranos podéis ver que hay modelos que permanecen, pero no hay dos iguales, eso os lo garantizo. Eso sí, espero que ninguno sea alérgico al color, purpurina, washi-tapes...o al recibirla le puede dar un pasmo.

Permitidme un pequeño consejo, seáis niños, jóvenes. adultos...da igual. No dejéis de ser detallistas (de la manera que sea) con las personas a las que queréis.

2 comentarios:

  1. ¡Qué pasada Raquel! Estas hecha una artista y madre mía, te has empleado a fondo. 😀

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    1. ¡Muchas GRACIAS Alumdena! Reconozco que me ENCANTA dibujar je je...

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