miércoles, 11 de octubre de 2017

El otro "sueldo" del docente

Mil disculpas por mi ausencia estos días, regreso con las baterías al máximo de carga e ilusiones nuevas, ¡qué falta me hacían ambas!

Recupero unas palabras recientes de Luis Aretio, psicólogo infantil sevillano. Si la memoria no me falla, tercera entrada de este blog basada en sus escritos. No dejéis de leer lo que compartió el 5 de octubre, se llama De la labor de los Docentes...y de lo que no viene en su paga.  Es breve, no invertiréis demasiado tiempo en leerlo, pero estoy segura de una cosa, si sois docentes, deberían veniros mil cosas a la cabeza al leer sus palabras.

Y de allí tomo prestado lo siguiente:
"Enseñan con su ejemplo, Miran donde nadie ve, Encuentran lo oculto de cada alumno, Se Entregan aparcando sus problemas,  Despiertan inquietudes, Pelean contra la ignorancia, Dibujan sonrisas y Sueñan un mundo mejor para cada alumno y cada alumna."

No me considero un ejemplo de nada para nadie. Ni para mis alumnos de ahora ni para los de antes. Sí intento por ejemplo cumplir siempre con mis funciones, ser justa, generosa, esforzarme en lo que hago, dejarme la piel por quienes me importan...Pero creo que esto es o debería ser lo normal en alguien que es, que soy, maestra por vocación. Me parece que no hago nada del otro mundo.

Me encanta lo de "encuentran lo oculto de cada alumno." Más que lo oculto, diría lo especial, lo que los distingue de los demás y que a veces todavía no ha visto la luz. Y con frecuencia a la gente les cuesta buscar en cada uno lo bueno que tiene, esto lo aplico a todo el mundo, no me refiero solo al alumnado. Y además de buscar lo especial, para mí es básico el entenderlos, el escudriñar a nuestros niños y niñas, a nuestros jóvenes, para comprender por qué hacen o no hacen "algo."

Sí intento dejar mis "problemas" a un lado, porque llevar mis problemas al aula no los va a ayudar a ellos...a mí tampoco. No sé si por eso soy mejor o peor maestra, pero nuestro alumnado nunca debe pagar cuestiones personales nuestras de las que ellos no son responsables.

Lo de despertar inquietudes es bonito, pero me resulta sumamente complicado y no he dado con los ingredientes perfectos. Eso sí, no dejo de investigar recetas e ir probando. Como cada alumno es un mundo, la misma receta raro será que nos sirva para dos distintos.

Y así estamos sí, "peleando contra la ignorancia" en ocasiones reinante, con la convicción de algo, el conocimiento nos hace más poderosos; la ausencia de él, nos hace más débiles. Con débiles me refiero a débiles para enfrentarnos al mundo real. Y conocimiento no únicamente entendido como lo que viene en los libros, sino además el saber relacionarse, saber respetar, saber valorar, saber querer, saber agradecer, saber perdonar...

Dibujar sonrisas es un placer y un lujo que no tienen a sus disposición otras profesiones. Y no es sencillo cuando la mochila que cargan algunos niños tiene un peso elevadísimo. Hay días que dibujas sonrisas, otras te conformas con secar lágrimas y dejar que la rabia deje paso a la calma. De esos días en los que el diálogo es imposible y lo mejor que puedes hacer es respetar el silencio y apretar fuerte su mano.

Por supuesto que sueño con un mundo mejor para ellos, pero para que ciertos cambios tengan lugar, necesitamos que la familia crea en ellos, que entienda que los cambios son necesarios, que colaboren para que se produzcan y que eviten lanzar piedras sobre su propio tejado.

El propio Luis Aretio pregunta "¿Quién se lo paga?"
La verdad es que a eso último sí tengo la respuesta. Principalmente, mis alumnos. ¿Cómo? Con lo que más vale y que ninguna moneda jamás podrá sustituir: su cariño, su confianza, su gratitud, su inocencia, su ilusión, su espontaneidad, sus inquietudes, sus prisas, sus esperanzas, sus problemas...Con ellos mismos. Y esa paga tiene muchas más extras de las que cualquier empresa pueda brindarnos.

Únicamente tres días sin pisar el cole, por motivos familiares más que justificados, me sirven para darme cuenta, nuevamente, de lo mucho que echo de menos a mis alumnos (y a más personas claro, pero a ellos principalmente), de lo importantes que son para mí y que no hay fuerza mayor que la del cariño. 

Una vez más, GRACIAS Luis Aretio, por remover lo que otros ni se plantean.

Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/los-gestos-carino-tienen-poder-cambiarlo




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