lunes, 31 de diciembre de 2018

Despidiendo el 2018

Querido 2018:
Desde hace bastantes años, siempre he dicho que me gustan más los años IMpares...por algo será.

Gracias por los retos que me has puesto, y de los que he intentado (y sigo intentándolo) salir airosa. Gracias por esos momentos malos en los que ya creía que me iba a quedar sin lágrimas. Gracias por las piedras en el camino...Gracias a los malos momentos, estoy aprendiendo (piano piano) a relativizar algunas cosas y, aunque algunos no se lo crean, me tomo las cosas menos a pecho que hace un año. Gracias por brindarme una noche en vela  de acompañante de hospital en la que me di cuenta de muchísimas cosas, que tenía delante de mis narices y era incapaz de ver.

Y sí, todo es cuestión de equilibrio. Por eso, las GRACIAS que más ocupan son las de los buenos momentos. Gracias por la salud de los míos y la propia, aunque haya algunos matices. Gracias por aproximarme más a personas que no sentía que pudiera tener tan cerca y por hacer posible algunos reencuentros. Gracias por regalarme 5 cursos únicos, inolvidables e irrepetibles como maestra de Compensatoria. Y también gracias por haber podido ganar dos veces el mismo premio con este blog, en el que vuelco tanto de mí. Gracias por hacerme caer de nuevo en Guijuelo, con todo lo que eso significa, y lo muchísimo que está dando de sí (más lo que nos queda). Gracias por darme un grupo humano de familia/amigos a los que quiero con locura. Gracias por mantener el hilo rojo con personas que no están en mi presente, pero que deseo poder seguir contando con ellas en mi vida. El cariño, para mí no tiene fecha de caducidad.

Querido año viejo que te acabas: No puedo darte las gracias por la gente que te has llevado, porque no me duele directamente, pero sí sufro al ver el dolor de los que me importan, y han sido unas cuantas las pérdidas, a cual más dura. Sí, a ti, que ahora lees esto, va por ti, va por varias que sí vais a leerlo y por alguna otra personita, en masculino,  que no creo que lo lea, pero no importa, me acuerdo de él (y más en estas fechas).

Gracias por dejarme despedir el año nuevo en la plaza del barrio Vidal, que aunque soy de Carmelitas-oeste, después de los dos cursos del Galindo, siento Vidal como mío. Y relacionado con eso, gracias a Charo, que se ha dejado "liar". Gracias también por los reencuentros de esta mañana, tenía muchos besos y abrazos pendientes, y muchas ganas de darlos. No obstante si queda mucho por hablar, pero en un entorno menos concurrido. Es la primera vez que me tomo las uvas a las 12 de la mañana. Ahora bien, estoy convencida que este va a ser un buen año, de verdad, y el año que viene os veo a todos allí, ya veréis. ¡Mediovieja en el barrio Vidal! Y como guinda al pastel, encontrarme con un alumno que se fue sin despedirse y regresó sin avisar. Sí Florín, eres un amor de niño...¡Qué alegría!



Así que, querido 2018, creo que antes de saludar al 2019, eso es lo que queda en mi retina, los momentos que suman: las sonrisas, las quedadas, los viajes, las escapadas, los conciertos, los abrazos (soy más achuchable de lo que parezco), los detalles, las miradas, los apretones de mano, la confianza, el cariño, la fortaleza, el afán de superación, la complicidad, la unión, la esperanza, la valentía, la...ILUSIÓN.

Que el 2019 sea sinónimo de más momentos para sonreír, celebrar, compartir... que para llorar, sufrir, tirar la toalla. Feliz día a día a todos.

Ah, el toque musical nunca es fruto de la casualidad, rescato una canción que pudimos disfrutar en una de las "bodas del año" (de famosos quiero decir): Stand by me. Y eso es lo que os pido a los que me queréis, que sigáis permaneciendo a mi lado.


martes, 25 de diciembre de 2018

Hablando en verso: Ricardo Darín

Si hablo de Ricardo Darín, puede que a mis alumnos, o a chicos y chicas de su edad, les suene a chino. Seguramente con las personas de mi quinta, o algo mayores, no pase lo mismo. Darín es un actor especial, cuando lo vi en El hijo de la novia decidí seguirle la pista. Por cierto, para los adultos, por si no la habéis visto (es de 2001), es una película que os recomiendo, aunque solo sea por el trío actoral de ases que forman Héctor Alterio, Norma Aleandro y el propio Darín.

Pero hoy no quiero compartir con vosotros ninguna película suya ni fragmentos. Facebook me recuerda que justo hace un año, un 25 de diciembre, por cierto FELIZ NAVIDAD, puse en sus redes un poema de Alfredo Cuervo Barredo, recitado por Darín.

Ricardo Darín empieza el vídeo planteando una pregunta: ¿Qué es lo verdaderamente importante? Vaya pregunta con miga ¿eh? Me encantaría que antes de ver el vídeo, reflexionaseis unos minutos y en voz alta respondierais esta pregunta.


Y creo que Navidad, o más bien la vida, debería ser sinónimo de muchas de las cosas que el poema expone. Sinónimo de gratitud, felicidad, verdad, comprensión, aprendizaje, alegría, lucha, amor, justicia, autenticidad, generosidad, memoria, autonomía, valentía...Sí, tal vez me haya pasado, pero es Navidad y dejad que me tome esta licencia, este blog trata de educación emocional, creo que el poema tiene emociones explícitas e implícitas, y necesitaba ponerlo en común con vosotros.

Luchemos por un mundo más humano, más de verdad, más amable y menos borde, más auténtico...Un mundo en el que apetezca estar y del que nos sintamos orgullosos para las generaciones venideras. No olvidéis lo que construis cada día, está en nuestras manos, en las de todos, un mundo mejor. Y es posible, o prefiero creer que sí se puede, y que no estoy sola en este camino.

Feliz NAVIDAD, feliz NAVIblog: Pensamientos vacacionales

Aluvión de  whatsApp en mi móvil (y en los móviles de media humanidad). No he tenido tiempo y/o ganas de ver algunos vídeos, de leer los mensajes personales o fotos familiares sí, eso siempre. Creo que esto no debería ser un partido de tenis: yo te felicito, tú me felicitas; él me felicita, yo lo felicito...O viceversa. 

Prefiero que cada cual felicite las fiestas (o lo que se tercie), a quienes de verdad le apetezca. Como no quiero darme un atracón de móvil, con calma, dentro de unas horas, iré respondiendo uno a uno. Y es que los "guasaps" navideños no son compatibles con estar "entre fogones." Y tampoco me han dado tiempo material a tirar de teléfono y hablar con toda mi gente. Si cocino no puedo estar al mismo tiempo colgada del móvil.

 Este año, como ya comenté en la entrada anterior, me ha pillado el toro con las tarjetas de Navidad. No es ningún drama, no he podido antes, y punto. Me fastidia porque me gusta ser puntual en todo lo que hago, pero no siempre se puede. A las hechas en la hora crítica le sumo las que me sobraron del segundo aniversario del blog. Me relajé mucho añadiendo detallitos a algunas tarjetas y escribiendo unas cuantas...¡Me encanta! No sé cuál será la cara de algunos al verlas y leerlas. La verdad es que disfruto mucho del proceso, pensando qué mensaje quiero hacerle llegar a cada persona, así que nunca habrá dos exactamente iguales, porque adoro personalizarlas, que las sientan como algo suyo. No sé cómo me lo apaño, resulta que al final cada año varío algunas personas (destinatarios quiero decir), y cada vez me salen más. Todo sea por dar también trabajo a Correos...¡Viva el papel! 

Que sí, que las nuevas tecnologías están fenomenal, no voy a negarlo. Pero el encanto de algo escrito a mano, con cuidado, con mimo, el olor...No sé, es inigualable. Calculo que entre hoy y mañana acabaré de escribirlas todas y, nuevamente, visita al buzón. A ver si hay suerte y llegan antes de Nochevieja, ahí ahí va andar la cosa. Os dejo unas fotos generales de las protagonistas de la OTN 2018 (Operación Tarjetas de Navidad 2018...las que llegarán alrededor de la Nochevieja je je).





Imágenes propiedad de Raquel Plaza Juan.
Sé que para algunos estos días estarán siendo especialmente duros. Parece que damos por sentado que Navidad es sinónimo de alegría, y no necesariamente ha de ser así. Si lo necesitáis, llorad, no forcéis algo que no sentís. Mostraos tal cual, sin dobleces, sin sonrisas forzadas, sin postureo de ningún tipo. Seguro que tendréis un hombro cercano en el que apoyaros, alguien que os agarre la mano o que os reconforte un poquito, de la manera que sea. 

Cada uno sabe qué significado tienen estos días para él/ella, lo vivido a lo largo del año y lo que quiere y no quiere hacer. En días como hoy, supongo que las sillas vacías pesan mucho más; las ausencias  tienen un peso más grande y cada cual lo vive de una manera distinta. Por eso me siento tremendamente afortunada, por poder estar los cuatro (papá, mamá, mi hermano y yo), con salud, juntos, sin más. Y el año que viene, que siga sin faltar nadie y, si es para sumar buenos momentos, que seamos más, bienvenidos serán.

Así que os invito a disfrutar de las celebraciones familiares, de los reencuentros, de algo cotidiano que habitualmente no se valora tanto, de los chistes, de las bromas, de las quedadas con amigos, de estar sentados juntos en el sofá, de salir en grupo a dar un paseo (bien abrigados, por favor)...

El sorteo de la Lotería de Navidad tiene un eslogan precioso. Precioso porque lo descontextualizo y me limito a "robarles" la frase: El mayor premio, es compartirlo. Pues apliquémoslo a la Navidad: El mayor premio, es compartirla.

Y si este año esas sillas vacías duelen, y a más de uno y más de dos se os hace un nudo en la garganta, pensad que el año que viene quizá duela un poco menos, aunque probablemente haya heridas que duelen tanto que nunca llegan a cicatrizar del todo. Y un recordatorio: NO estáis solos, apoyaos en los de al lado, que a lo mejor creen que no pueden hacer demasiado para aliviar vuestro dolor, pero solo con su presencia y su compañía os están echando un cable.

Por eso esta entrada es para todos sí, pero con dedicatoria especial para aquellos que hoy estoy segura que lo están pasando mal o tienen un dolor dentro que quizá no quieren o no desean exteriorizar. Para todos, los que tienen marcada la Navidad como algo sumamente especial; los que estáis deseando arrancar esta hoja del calendario; y, en tercer lugar, para los que ni fu ni fa...Resumiendo, feliz día a todos, sin excepción.

sábado, 22 de diciembre de 2018

Final de evaluación y...Benditas vacaciones

15 días sin escribir en el blog...Qué barbaridad. Aunque es una señal más de lo extenuantes que han sido estos meses.

El 17 tuvimos la sesión de evaluación del 2º Internivel. Para mí fue el punto y seguido a una vuelta a Guijuelo absolutamente agotadora a todos los niveles. En fútbol creo que lo llaman "sudar la camiseta," y vaya si hay gente que la ha sudado en estos meses. Una vez que acabó la sesión, sentí una especie de paz interior, porque podía dar por casi acabada la evaluación. Seguramente lo habría podido hacer mejor, pero más...lo dudo. Solo he tenido fuerzas para ir un día a Dibujo en todo el mes de diciembre, y me da mucha rabia, pero no podía ni con mi alma.

Los que me conocéis, de verdad, en mayúsculas, sabéis que soy muy crítica conmigo misma y bastante perfeccionista, y tiendo a no dejar cabos sueltos. Era conocedora de lo que suponía regresar a mi querido Guijuelo. Y quizá por eso y porque las características de mi alumnado, especialmente los de mi tutoría, lo demandaban a gritos, he hecho muchas cosas que hasta ahora ni me había planteado. Todo esto ha supuesto un desgaste extra y estar cansada como nunca. Sí, suelo acabar las evaluaciones con las fuerzas justas, reptando, como digo yo. Pero esta vez con la sensación de tener que parpadear más rápido de la cuenta, para no perderme nada, por si sucedía algo.

Que nadie se confunda, sigo siendo una apasionada de mi profesión, aunque soy humana y me canso, de muchas cosas, y me muerdo la lengua cuando creo que compensa, igual que hablo cuando me parece que no he de quedarme calladita. Y aún con esa pasión, mi cuerpo y mi cabeza pedían las vacaciones a gritos, por eso lo de "benditas" en el título de esta entrada.

Ayer fue una jornada intensa, muy dulce con el chocolate y el roscón a los que el AMPA del cole invitaba, a todo el alumnado y el profesorado del CEIP Filiberto Villalobos, un dulce detallazo para dar la bienvenida a las vacaciones. Además tuvimos "fiesta de la clase", en la que sobró comida para una boda. Lo no perecedero lo iré repartiendo en los recreos para mis alumnos, tienen para unos días...Fue el último día de José Manuel, mi alumno de prácticas. Me ha dado mucha pena que se vaya. Me parece que vamos a echarlo mucho de menos y estaba muy bien integrado...Seguro que si finalmente se dedica a esto, será un buen maestro. Una lástima que las prácticas no duren más. Lo mismo me pasó con Javier el año que pasado.

Y lo que para mí fue lo más bonito y especial de toda la mañana, de hecho tengo pendiente, para la vuelta, incluirlo en nuestro buzón de "momentos felices", el cual no abriremos hasta finales de junio. Me refiero al intercambio de tarjetas de nuestro particular amigo invisible. Aproveché que Toñi a primera hora estaba en nuestra clase, para que ejerciera de mano inocente sacando las tarjetas.

Me gustó muchísimo, contuve la emoción en varios momentos, como cuando me tocó salir a mí. Esas cosas me dan algo de vergüenza, porque me emociono con excesiva facilidad y me cuesta disimularlo. Se notaba mucho entre qué niños había sintonía y entre cuales no, pero me encantó la educación con las que todos reaccionaron. Si tiro de empatía, e intento ponerme en su lugar, no sé si a mí me habría salido esa amplia sonrisa que alguien mostró. Eso sí, lo valoró como un gesto de educación y generosidad por su parte. Quizá lo "pesada" que me ponga vaya calando un poquito. Aunque no es el momento ni el lugar para analizar la convivencia de mi grupo. Con mis niños y niñas ya lo he hablado bastante y, con los papás y mamás será algo para explicarles detalladamente en la reunión de finales de enero, en la que toca hablar de los resultados generales (a  todos los niveles) de la primera evaluación. 

Me gustaría, ahora que estoy de vacaciones, poder leer con la calma que hace falta, la normativa respecto a la difusión de imágenes del alumnado. Y, una vez que no tenga duda alguna sobre cómo actuar, hacerles llegar a los padres y madres, de manera interna, imágenes de sus hijos. Si a mí me hace mucha ilusión, supongo que a ellos mucha más. Y claro, las cosas hay que hacerlas bien, dentro del marco legal. 

Y ahora, como soy ave nocturna, es el momento de dedicarme a mi OTN 2018 (Operación Tarjetas de Navidad 2018). La verdad podría rebautizarla, y que sea Operación Tarjetas de NOCHEVIEJA 2018. Me temo que es cuando van a llegar, porque de llegar después de Nochebuena, mis prisas se reducen y, aunque no haga virguerías en las tarjetas, al menos que el mensaje esté cuidado, ¿no?

Como estoy aquí escribiendo, podéis deducir que no me ha tocado el gordo de la lotería. A veces hay cosas que no pasan porque no es el destino, no hay más cáscaras. Y hay muchas formas de cumplir sueños. Además, en varias entradas lo he dejado cristalino, a mí ya me tocó en agosto, cuando vi que en el Concursillo de maestros aparecía mi nombre junto al del Fili, un regalazo de cumpleaños en toda regla.

Por eso activo el modo exprimidor, dejando a un lado mi parte laboral. No muy lejos porque no soy nada buena en eso de desconectar, pero voy a intentarlo con todas mis fuerzas. Como anécdota deciros que no es fácil. Me acerco al Mercadona esta tarde y me encuentro a varios niños del Galindo. Y una lluvia de besos, abrazos, te echamos de menos y por qué no estás en el cole. Ay señor, así no hay quien desconecte. Me ha encantado verlos, para qué negarlo, por eso lo de desconectar es relativo. Ni me molestan los niños ni me molestan los padres. Ya, debo ser rara, pero cuando la gente me trata de una manera respetuosa y razonable, no hay "peros" que valgan.

Con el modo exprimidor en on, quiero sacarle jugo a cada día. Por supuesto necesito recuperar horas perdidas de sueño, empecé a recuperarlas cuando pasó la sesión de evaluación, qué alivio, qué tarea más complicada. También necesito ver a mucha gente, a algunos que veo con relativa frecuencia, dedicarles más tiempo. A otros que no puedo ver lo que quiero, a ver si hay suerte y coincidimos en este mar de días festivos. Necesito pasear, leer, dibujar, salir a hacer fotos, "escaparme", abrazar, charlar, coincidir, vivir...Todo lo anterior, MÁS.

Sé que me adelanto, aunque no suene muy bonito, muchos sabéis de mi "cagaprisismo" genético para casi todo. He visto un corto que me ha hecho reflexionar. Quiero que lo veáis. Es de una marca de coches, AUDI en concreto.

Se llama "Una carta más corta", y habla de muchas cosas, que cada cual extraiga sus conclusiones.


A los que, como yo, sois unos afortunados y estáis de vacaciones...Feliz descanso, desconexión, divertimento...Añadid lo que queráis, vosotros sabéis que os apetece más.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Detalles

Y no pensaba yo dejarme caer más por el blog en el puente...Pero como la entrada va a ser breve, tenía que compartirlo.

Se trata de un detalle, detallazo es más apropiado. Que viniendo de quien viene no debería extrañarme ni un pelo, porque es esperable, pero me encanta.

El puente está siendo una montaña (casi) infinita de correcciones, pero también de descanso (dormir entre 6 o 7 horas por la noche) y algo de ocio, en la dosis necesaria para recargar baterías y seguir con la "tarea."

Pues en este contexto, una alumna de otros cursos, me dice que ella y otros, me echan mucho de menos, y que ella echa de menos el cariño con el que los trataba. Sin palabras. De las cosas más bonitas que me han dicho en los años que llevo de docente, que son unos cuantitos. Y tengo tanta suerte que aunque me ponga colorada, no puedo quejarme, porque he escuchado cosas maravillosas de bocas de mamás, papás, alumnado y compañeros a lo largo de estos ya camino de 11 años. Escuchado pero también leído, conservo cartas como oro en paño, que saco cuando veo todo gris.

Le he contestado que eso depende de cada persona, y hay que respetar cómo es cada uno. Hay personas que son excelentes docentes y no tienen por qué ser cariñosas con su alumnado. Además, para qué negar lo evidente, me hace mucha ilusión que me echen de menos. Pese a lo feliz que estoy ahora, los quiero tanto que es imposible no echarlos de menos.Y que me dijera todo eso no está pagado, es precioso. Ya me encargaré yo de darles ese cariño cuando los vea, aunque sea en diferido.



Cuando estaba en Compensatoria pensaba que el día que volviera a ser tutora, todo iba a ser más difícil, pero no. Porque no es lo mismo estar con dos, tres o como mucho seis alumnos que con una clase completa a la vez. Precisamente gracias a Compensatoria he aprendido a observar más y mejor a mis alumnos y a interpretar lo que dicen y, lo que es más complicado, sus silencios. Y lo de cariñosa, para bien o para mal, lo llevo de fábrica. El cariño, en mi opinión, es un ingrediente básico para que las cosas marchen bien. Ojo, el cariño natural, que sale sin forzarlo, en los momentos que sea.

Así que, querida mía, mil gracias por tantísimo cariño. Qué bonita es la vida. Vamos a seguir corrigiendo, que es lo que toca.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Eduquemos en IGUALDAD

Me he "topado" en Facebook con un artículo, titulado 

"Trece libros para entender, de una vez, que hay niños azules y niños rosas." En él recomiendan libros para educar en igualdad. También reflexionan sobre las "cosas de niños" y "cosas de niñas", y entrevistan a Alicia Acosta y Luis Amavisca, autores del libro ¡Vivan las uñas de colores! Pude verlo hace poco en la FNAC y me gustó mucho, por si alguien quiere regalar un cuento especial a un niño o una niña.


Y en el mismo Facebook ayer alguien compartió una ilustración, que nos invita a reflexionar sobre el mismo tema.

¿Y por qué hoy esta entrada? La explicación es fácil. Estamos a 6 de diciembre de 2018, la Constitución española cumple, ni más ni menos, que 40 años. No voy a meterme ahora en un debate de si necesitamos modificarla o no. Solamente diré que si hubiera que cambiar o matizar algo, creo que solo podría hacerse cuando una amplísima mayoría apoyara ese cambio, pero es solo mi opinión.
El caso es que en ella encontramos artículos sobre nuestros derechos, y me centraré en el ARTÍCULO 14, que dice lo siguiente:

 “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”

En la misma página web de la que he sacado el artículo anterior,  escribieron el año pasado, sobre 10 artículos de la Constitución que a su juicio se están incumpliendo. Es muy interesante, por si a los adultos os interesa leerlo:


Volviendo al comienzo de la entrada, con los años en las aulas, de Infantil, Primaria y Secundaria, me he dado cuenta que a mí me da igual. Me da lo mismo si un día en mi aula un niño se pinta las uñas, una niña es amante del fútbol o un chico disfruta bailando o cocinando. Creo que debemos darles la libertad para sentirse ellos mismos, para actuar como les apetezca, como sientan que deban hacerlo, y no ponerles trabas a expresarse como realmente son. Y eso no significa nada, bueno sí, estaremos educando en libertad. Y quiero niños, niñas y adolescentes libres, que no tengan que fingir lo que no son para agradar a los demás. 

En el instituto aprendí de los adolescentes, cocktail hormonal con piernas, la importancia de no juzgar. Y con el paso de los cursos he visto que hay que hacerlo extensible a los colegios, cuanto menos juzgues, más cerca estarás de ellos, seas mamá, papá, maestro, maestra, profe...Lo que sea. Y eso es precioso, os lo garantizo, mucho más satisfactorio que lograr que aprendan qué es un adjetivo o cómo operar con fracciones. 

Y con esta declaración de intenciones, no queda otra cosa que decir...Feliz 6 de diciembre para todos.



martes, 4 de diciembre de 2018

Regresar al Vía de la Plata. Ratito de reencuentros

Hoy era un día extraño, un martes-jueves, por eso del megapuente de cinco días que tenemos al caer. Una minisemana de muchas tutorías, mil y una tareas por hacer y también cansancio, para qué negarlo. Y llegó el día...Desde que recogí mis bártulos, con bastantes lágrimas por cierto, en julio de 2016. Ha llovido mucho desde entonces. 

Me fui con una mezcla de emociones, rabia e impotencia por no poder volver y por darme cuenta que da igual cuánto te esfuerces en el trabajo o a cuántos alumnos hayas atendido, porque si no tienen una dificultad muy específica, no vale, como si fueran humo...Me duele recordarlo. A la rabia e impotencia hay que añadir una profunda tristeza al percatarme de toda la gente a la que quiero de la que iba a tener que separarme, tanto alumnos, como compañeros del insti (docentes y no docentes). Pero tenía que ser así, y ahora al recordarlo me quedo con lo bueno, que fue mucho, de esos dos cursos.

Solo he entrado en el edificio 1, pero no he necesitado más. Tenía que haber vuelto antes, pero no me apetecía dejarme caer por Guijuelo con el dolor de no estar allí. Y estoy, a la vez tan cerca y tan lejos, en mi cole, el "Fili", digo mi cole porque lo siento mío. Me separan cinco minutos del instituto y hasta hoy, con la excusa de las elecciones sindicales, no he encontrado el valor para cruzar esa puerta de nuevo. Gracias a los saludados, besados y abrazados en esa corta visita. Y en especial a JaviHer (no es falta de ortografía) y a Gely, sois tan buenas personas que da gusto veros y sentiros cerca. Y quedan abrazos pendientes, pero no en el olvido, con los que ya no trabajan allí...Y también con alumnos de entonces, esta mañana solo vi a uno, y a lo lejos. Muchos de ellos no continúan en él porque han dejado de estudiar (bastantes) o están estudiando en otros lugares.

Y aunque las caras eran mayoritariamente nuevas, por un momento estaban todos: Miguel Ángel, Kaio, Jorge, Álvaro, Lucía, Ana María, Lorena(s), Alejo, Teresa, Nerea, Joana, Esmeralda, Francisco, Mbaye, Pape, Georgiana, Manuel, Juan Francisco, Petru, Kirsy...De memoria y sin las fotos a mano, me dejo algún nombre fijo.

No pienso que cualquier tiempo pasado fuera mejor. Entonces fui feliz, tremendamente feliz, a pesar del duro proceso de adaptación de una maestra a un instituto. Pero es que ahora, sin dudarlo, también lo soy, también pese al esfuerzo brutal de esta primera evaluación y, que cuando las expectativas ajenas son tan altas, sientes la responsabilidad de no defraudar a nadie. Sé que en el cole han apostado siempre por mí y me han querido y quieren, y eso solo se merece algo: GRACIAS, de corazón.

Y con las emociones todavía a flor de piel, dos imágenes de mi estación del año favorita (qué colores otoñales tan únicos) y un puente asomando la cabecita, acabo esta entrada. 


Imágenes propiedad de Raquel Plaza.

viernes, 30 de noviembre de 2018

Pinceladas de emoción (6)

Al fin esta mañana acabé de contarles El monstruo de colores, versión pop-up en mano. Recordé brevemente el punto en el que acabamos la semana anterior, me parece que está bien enlazar unas sesiones con otras. Y como nos pilló el timbre en el miedo, desde ese punto, que dejamos a medias, hemos arrancado en esta ocasión.

Les hablé de los diferentes tipos de miedos, unos más controlables que otros, Y que el mismo miedo no es igual en dos personas distintas. Además mencioné que a veces nosotros, sin ayuda externa, somos capaces de superar algunos de nuestros miedos; otras, sin embargo, recurrimos a ayuda de otras personas, como puede ser un psicólogo. Y alguien mencionó un miedo que tenía antes y que había logrado superar.

De ahí pasamos página, literal, y apareció la calma. Comentamos qué hacemos cuando queremos sentirnos calmados, relajados, desde estar sentado en el sofá viendo una peli y comiendo palomitas, hasta dibujar, cocinar,  un baño en el jacuzzi, contemplar el mar, darle patadas a un balón contra una pared...Y les pedí que pensaran qué pueden hacer para relajarse cuando están alterados, por la razón que sea. A lo mejor lo que a alguien le relaja a otro le pone nervioso, o viceversa. Hablamos de la calma que se siente cuando se ha pasado una situación que nos pone nerviosos, y esa sensación de paz que nos invade al esfumarse la causa de nuestro nerviosismo, les puse de ejemplo los exámenes que habían tenido seguidos. Y un niño pronunció la palabra "vacaciones" y a mí se me dibujó una amplia sonrisa. Es verdad que me encanta lo que hago, que quiero una barbaridad a mis alumnos (bueno, para mí "mis niños" o polluelos como los llamo este año je je), pero volcarse tanto hace que pague un precio alto, y estoy agotada, exhausta. Las vacaciones nos vendrán a todos de maravilla, seguro.

Después de la calma nos encontramos a nuestro monstruo de colores con frascos etiquetados, porque había logrado poner en orden sus emociones. Y no siempre las emociones aparecen así, tan aisladas, es muy común que si, repitiendo el ejemplo de esta mañana, he vivido una situación muy triste, pueda sentir rabia asociada a esa tristeza...No es tan fácil separarlas, pero estoy intentando que aprendan a reconocerlas, a que no se encuentren perdidos sin saber qué es lo que les pasa. Pero no son las tablas de multiplicar, no se trata de decir algo y que lo hagan al pie de la letra. Más bien trato de darles pistas para que se conozcan mejor a ellos mismos, se entiendan mejor y se quieran más...Ya, poco a poco, piano piano.

Y aunque muchos daban por finiquitado el libro, faltaba el monstruo de colores rosa, con corazoncitos que asomaban por todos lados. ¿Hacen falta pistas? No, ¿verdad? AMOR, así, con mayúsculas, aunque creo que esa palabra nunca debería ir en minúsculas.



Adjunto la DEFINICIÓN DE AMOR de la RAE.

En clase no me habría dado tiempo a leerla. Y sin nada más, me lancé a preguntarlas que a quién se puede amar. Ilusa de mí, un niño dijo: a la familia. Pues sí señor, dio en el clavo a la primera. Otros iban directos al amor de pareja. Les explicaba que uno de mis profesores (del BUP de entonces, la ESO de ahora) decía que a los padres se les ama, que quererlos es poco.  Y noté lo pensativos que se quedaron unos cuantos. Me habría gustado hablar más del amor, pero el reloj corría en nuestra contra.

Les adelanté que la próxima pincelada de emoción será el 14 de diciembre, porque el 7 estamos de puente. Y en ella vamos a ver qué tal se nos da trabajar las emociones a través de la música.

De momento, ahora sí, el blog queda pausado durante el fin de semana, para tomarme ese respiro que tanto necesito.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Anuncios que emocionan...EXCEPCIONAL

Madre mía, yo que creía que el anuncio de Ruavieja iba a ser el más emotivo de estas navidades. Este año he descartado el de la lotería de Navidad, aunque me gusta el mensaje final, hay una parte excesivamente larga. Pues en estas andaba cuando una amiga, gracias Pilar (Oria), me manda el anuncio de IKEA...¡Y vaya si emociona! Crítica brutal al uso que hacemos de las redes sociales, al interés por saber la vida de los famosos y no pararnos a escuchar a aquellos con los que compartimos mesa y mantel. Sin ninguna duda, una campaña brillante, a la que daré máxima difusión. No quiero esperar más, es mejor que lo veáis:


Y todo eso me ha recordado a cuando les pregunto a mis alumnos, a los de ahora y a los anteriores, de qué color tienen los ojos su papá o su mamá...y no lo saben, y me da una pena tremenda. Desgraciadamente, es frecuente que no sepan responderme, entonces los invito a mirar a papá o mamá a los ojos en cuanto estén con ellos. 

Me quedo con el mensaje final del anuncio, y deberíamos grabárnoslo a fuego:

CADA DÍA TENEMOS LA OPORTUNIDAD DE CONOCER MEJOR A LAS PERSONAS QUE NOS RODEAN.
ESTA NAVIDAD DESCONECTA PARA VOLVER A CONECTAR.

Y me pregunto, ¿por qué conformarnos solo con desconectar en Navidad?

Detalles navideños, cumplidos, Somos...y más

Semana de sonrisas, lágrimas, preocupaciones, nerviosismo...y afortunadamente diálogo, mucho diálogo. Siempre he defendido que hablando se entiende la gente, aunque para eso hay que tener ganas de entenderse, y por mi parte no va a quedar.

Es un clásico, a mí noviembre se me hace eterno. Adoro el otoño pero no puedo con noviembre. Unido al cansancio acumulado y al desgaste, más mental que físico, hace que a estas alturas más que caminar empiece a reptar (o casi). Menos mal que la próxima semana en Educación, tenemos puente, y bien hermoso. Y aunque tenga que corregir, también puedo descansar (buena falta me hace) y desconectar un poquito del trabajo. Está mal decirlo pero llego con las energías muy justas a las vacaciones navideñas, porque es el coste elevado que asumo por hacer las cosas "a mi manera", como cantaba Sinatra. Eso sí, sigo echando la vista atrás y la ilusión de este año solo es comparable a la de mis comienzos docentes. Y de corazón me parece que ahora es mayor, y creía que era insuperable, porque recién aprobadas las oposiciones, tenía la sensación de poder colocarme el mundo por montera...Ahora me acompaña un poso, llamémosle X, que me ayuda a encontrar opciones donde antes no habría dado con ninguna salida. Y qué bonito.

En este contexto, hoy me lancé a hacer mi propia silla de los cumplidos, repletita, porque tenía muchas ganas de escribir algo a cada niño/a de mi clase y a mi alumno de prácticas. Lo de repletita es un decir, porque directamente repartí los cumplidos, para que cada uno leyera el suyo. Si les aclaré que no todos tenían la misma extensión, porque no está resultando igual de fácil conocerlos a todos. Y relacionado con esto, creo que he de respetar lo mucho o poco que ellos quieran que los conozco, además cada cual va a su ritmo, y está bien que sea así.

La mayoría no dijeron ni pío, aunque tampoco hizo falta. Unos cuantos vinieron a darme las gracias, dos niñas también me abrazaron. Y a mí con esas cosas, se me quita el cansancio de un plumazo y mi cara se ilumina. Mi intención era poner parte de todo lo bueno que cada uno tiene (que es mucho) y en algunos casos darle un mensaje, desde el cariño, por supuesto. Les he advertido que no quiero cumplidos para mí la próxima semana, porque no es un partido de tenis, y nadie tiene la obligación de "responderme." De hecho lo escrito escrito está, y nadie me ha obligado a ello. Si alguien no recuerda de qué iba la "silla de los cumplidos", aquí lo introduje en el aula por primera vez.  Y en esta otra entrada se lo planteé a mis alumnos de Guijuelo del cole, en la segunda sesión de Pinceladas de emoción. Lo explico detalladamente porque me encantaría que hubiera "sillas de los cumplidos" en todos los centros educativos, sí, institutos incluidos, que los adolescentes son muy vulnerables y hay que saber quererlos y, como pedir es gratis, tratar de entenderlos. Y ¿sabéis qué? Se puede, yo aprendí hace unos años en el Vía de la Plata de Guijuelo, y les estaré eternamente agradecida.

Y en medio de esta crónica semanal, esta mañana inauguramos la OTN 5ºC. Lo que significa "Operación Tarjeta de Navidad de 5ºC." Es una especie de amigo invisible, pero con una felicitación navideña. Esta mañana sorteamos a quién va a hacerle cada uno la tarjeta, y ahora ya deberíamos mantener el misterio hasta que las entreguemos, el 21 de diciembre. No obstante, algunos niños no han podido resistirse y han gritado casi a los 4 vientos quién era su destinatario. Me hice la orejas porque no quiero saberlo, me puede la ilusión. Por si acaso, dejo unos vídeos de internet que explican cómo hacer tarjetas navideñas, sin necesidad de ser un artista dibujando. No me gustaría que ninguno se agobiara por eso, no es el objetivo. Son estos:

-Vídeo TARJETAS NAVIDEÑAS (1).

-Vídeo TARJETAS NAVIDEÑAS (2).

-Vídeo TARJETAS NAVIDEÑAS (3).

-Vídeo TARJETAS NAVIDEÑAS (4).

-Vídeo TARJETAS NAVIDEÑAS (5).

Es verdad que la forma importa, no se trata de hacer una felicitación preciosa, pero sí ver que la otra persona se ha preocupado, se ha esmerado y, lo más importante para mí, el interior (aplicable a tarjetas de Navidad y cómo no, a personas). Conociendo ya un poquito a mis alumnos, sé que unos cuantos se limitarán a felicitar las fiestas sin más (y está bien), pero otros tantos supongo que optarán por escribir algo más extenso y personal, acorde también a su manera de ser. Espero que salga bien, cuando lo he hecho ha salido fenomenal.

Y para acabar, esta vez sí, toque musical, de la mano de Operación Triunfo. Anoche estrenaron en la gala, de manera oficial, la canción grupal interpretada por todos los concursantes de este año. Había visto el emocionado reencuentro de los expulsados y los que quedan en la Academia, con ensayo incluido de Somos. Pero anoche era la puesta de largo. Me gusta muchísimo la letra y la energía que le ponen y claro está, la sensación de grupo. Me encantó, y como canta Micky, "aprendimos que el secreto está en mirarnos." Pues eso, para todos vosotros: SOMOS.



Una pequeña advertencia, las "Pinceladas de emoción" de mañana, no estarán en el blog hasta la próxima semana. Necesito un respiro para afrontar el final de evaluación, y voy a tomármelo este finde, a todos los niveles. Como siempre, gracias por leer y mantener vivo este blog.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

INVITACIÓN

A ti, que estás leyendo esta entrada del blog, quiero hacerte una invitación, sugerencia o llámalo como quieras.

Te invito a decirle algo bonito a las personas que quieres. Te invito a marcar el número de esa persona (o personas) de las que hace mucho que no sabes y realmente te apetece saber cómo se encuentra, aunque no sepas cómo dar el paso de pulsar la tecla de llamada. Te invito a sentarte un ratito en el sofá con tus seres queridos, da igual la edad. Te invito a regalarles mimos a los tuyos, a repartir sonrisas y abrazos apretados. A ser el que da palabras de aliento cuando prácticamente todo el mundo ha tirado la toalla. Te animo a ver un volcán en erupción y quedarse a ver los estragos que ha causado, para echar una mano en la reconstrucción, y es que no todo el mundo sabe cómo unir las piezas rotas tras una catástrofe.

Quiero invitarte a compartir el tiempo con los que amas y a encontrar huecos aunque la agenda esté apretada. También me gustaría invitarte a mirar a los ojos de aquellos por los que te preocupas, a intentar leer entre líneas y descifrar lo que en realidad quieren decirte, aunque no sepan cómo. Te invito a hablar con los que te quitan el sueño cuando tienen un problema, porque le das vueltas hasta que piensas en qué puedes hacer para ayudar a esa persona o aliviar la carga que llevan. Y puestos a pedir, me encantaría invitarte a ser el hombro en el que otros puedan apoyarse, llorar o lo que haga falta.

Además te invito a abrir los ojos de par en par y cuidar los detalles; a no dejarte arrastrar por la multitud; a sentir que lo que haces de verdad vale la pena; a esforzarte en lo que tengas entre manos, da igual a lo que te dediques...Y en último lugar, me aplico las mismas invitaciones que a vosotros os hago, porque de qué sirven los "consejos" si uno mismo no es capaz de seguirlos. Por eso no quiero extenderme más en este escrito, e intentaré poner en práctica lo escrito.

Y quizás, solamente quizás, de eso debería tratar nuestro día a día, de allanar el camino a los que nos rodean, de tender puentes y no dar con las puertas en las narices, de empezar la jornada sonriendo y terminarla de la misma manera. Y por qué no, de demostrarle a los que queremos ni más ni menos que eso, lo que sentimos.

El caso es que yo te invito pero...¿Te apuntas?

sábado, 24 de noviembre de 2018

Pinceladas de emoción (5)

¿Por dónde empezar? Nuestra cita emocional de la semana se pasó, como siempre, en menos que canta un gallo.

Estuvo marcada por una celebración pasada. El día 20 de noviembre es el Día Internacional de los Derechos del Niño. No obstante, ese día fue humanamente imposible tratar el tema, ni siquiera brevemente.

Puse un vídeo de UNICEF, resultado de una intensa búsqueda previa en casa. Vídeo sobre los derechos de los niños hay miles, pero necesitaba dar con alguno que les pudiera llegar.


El vídeo muestra a un niño y su mochila. Este niño vacía la mochila frente a la cámara de vídeo. Cada uno de los objetos que saca pueden ser una metáfora de los derechos de la infancia que han sido vulnerados en su caso. Mis alumnos comentaron los objetos que había colocado el niño sobre la mesa, diciendo a qué pensaban que se podía referir cada uno. Algunos se iban a ideas peregrinas, otros reflexionaron y aplicaron la lógica.

Aunque quizás pueda pareceros muy distante de la realidad de Guijuelo, no lo es tanto. Me sirvió para establecer un paralelismo entre esa mochila, y la segunda mochila que casi desde principio de curso, les expliqué que llevamos todos, adultos y niños, sin excepción. 

En la primera llevamos las cosas puramente materiales. Los niños llevan libros, su clasificador, estuche...Nosotros el monedero, la agenda de trabajo...Y luego está la segunda, invisible en teoría pero, si prestáis atención, todos podréis percibirla. Esta mochila lleva las circunstancias de cada uno, sus vivencias, sus experiencias...Somos como somos por lo que hemos vivido, por las cosas que nos han pasado y/o nos han hecho, por cómo las hemos afrontado, por cómo hemos plantado cara a la adversidad, pero también por nuestra manera de disfrutar y aprovechar los días felices, o los destellos de felicidad que tenemos día a día. 

Y sí, también está nuestra forma de ser, no podemos negar nuestra materia prima, nuestra esencia. Aunque me parece que está condicionada y modificada por nuestra experiencia vital. 

Les dije lo afortunados que son, porque ninguno de ellos está en la situación del niño del vídeo. Ellos tienen todo lo necesario para vivir y no todos los niños y niñas que viven en España pueden decir lo mismo. Relacionado con la botella de agua turbia que saca el niño, hablamos de los distintos usos del agua. El más importante, para beber, pero no hay que olvidar otros usos, como la limpieza de objetos, sitios y, lo más relevante, la higiene personal. 

Puse de ejemplo una situación hipotética, le pregunté a una niña que pensaría si yo voy al cole y durante 15 días no me ducho, que dijera sinceramente qué pensaría de mí. Ella, muy prudente, me dijo: "Pues entonces serías una marranita." Y claro, todos nos reímos. Le di la razón, si hiciera eso sería una "guarrita." Y no es plan, porque la falta de higiene es una falta de respeto hacia los demás y también puede ser hacia uno mismo. Si no te preocupas por mantener una higiene adecuada, no te quieres a ti mismo lo suficiente. 

Hecho el inciso de la higiene, otro objeto que sale es un marco de fotos con la familia del niño. Les dije que absolutamente ninguno estaba en la situación de ese niño del vídeo. Porque es probable que hubiera perdido a toda su familia. Y afortunadamente ninguno de ellos están en esa situación, lo que no quita que cuando hemos perdido a alguien muy importante para nosotros, nos duela, sea reciente o hace un tiempo, pero que recordaran que nadie ellos no están solos y todos, sin excepción, tienen a personas (y muchas) que los quieren (y mucho). Y sé de lo que hablo, solo los conozco desde hace dos meses y medio y los quiero una barbaridad...No tengo remedio, lo sé.

Tras el comentario grupal sobre el contenido de la mochila y recordar la segunda mochila que a nadie le falta, les pedí que se acordaran de la presencia, aunque no sea física, de esta última. Y, puestos a pedir, que intentaran entender por qué a veces sus compañeros reaccionan de una manera concreta. Es decir, que los intentaran comprender, que fueran, esto lo añado ahora, empáticos. Y una cosa que me encanta, en la medida delo posible, tener tacto cuando estamos tratando con alguien. A veces es fácil saber que porta en su segunda mochila, otras no es tan obvio.

Con gran parte del tiempo consumido, volvimos al Monstruo de colores. Retomé el miedo e hice un recordatorio de lo más significativo que se dijo el viernes pasado, para quitarle hierro a los miedos que puedan tener y, por supuesto, en no pensar en cosas que no han pasado y que no tienen por qué ocurrir.

Espero que ya, sin prórrogas, el 30 de noviembre podamos terminar el libro de Anna Llenas y, gracias a él, empezar a trabajar en el universo emocional de cada uno. Eso sí, despacito, piano piano, sin forzar a nadie a hablar si no tiene ganas o a compartir lo que no le apetezca...Es más, muchos ejercicios serán para ellos mismos, que hagan internamente la actividad que sea, ojalá les sirvan.

De momento sigo viendo avances, y disfruto con ellos. Me encanta que no se contengan, y que demuestren lo que sienten. Que lloren cuando tengan ganas, y no va a pasar nada. Que sonrían cuando quieran. Que expresen su cariño. Que muestren sus preocupaciones...Lo que quieran.

Y en medio de esta paz emocional, despedimos la semana, ante el timbre que da el pistoletazo oficial para el fin de semana. Tengo la suerte de despedirla rodeada de cariño, no me faltan abrazos ni miradas que dicen mucho. Para que luego digan, una vez más lo repito, porque es verdad, al menos mi verdad: ¡Tengo la profesión más bonita del mundo!

jueves, 22 de noviembre de 2018

Santa Cecilia y publicidad que emociona

Para los que miran el santoral, hoy es Santa Cecilia, patrona de la música y de los músicos. Como necesito la música en mi vida casi tanto como el aire para respirar, esta fecha no iba a dejarla en el tintero.

Tengo la buena (o mala) costumbre de trabajar en el ordenador con música de fondo. Gracias a este hábito, he tenido la suerte de cruzarme con excelentes canciones que de otra forma, quizá habría tardado más en conocer. La que os lanzo hoy se llama "La chica del espejo." Es de La oreja de Van Gogh y muy reciente por cierto. Por lo que he investigado, está dedicada a las mujeres con cáncer de mamá. No obstante, no creo que la música tenga un único destinatario ni que debamos etiquetarla. 

Si dejo a un lado que la publicaron el 19 de octubre, me parece que puede servir para cualquier mujer valiente, y hay una barbaridad, que está pasando por un momento duro (¿y quién no en alguna etapa de la vida?). Además es un canto a la esperanza. Una llamada de cariño a esas personas que necesitan una mano amiga y que hay que decirles algo, alto y claro: Sea lo que sea, confiad en que saldréis adelante y el viento soplará a favor. Y el "bache" no es necesariamente sinónimo de enfermedad.

Disfrutadla:
Pero he reservado el plato fuerte para el segundo lugar. Digamos que la canción era el entrante y lo que viene ahora, el plato principal. Esta mañana, en el autobús rumbo al cole, me he acabado de espabilar con un anuncio que me ha llegado al alma. Lo he visto tres veces y, si vais a verlo, tened un paquete de pañuelos a mano.

Se trata del anuncio de un licor de hierbas, Ruavieja. Y es incluso más reciente que la canción anterior, porque se publicó hace solo cuatro días. Aunque al principio veáis que es "solo para mayores de 18", se refiere al producto que anuncia, no al contenido en sí del anuncio. No se trata de dar publicidad a una bebida alcohólica, sino de rendir tributo a los publicitarios que han ideado algo tan sumamente maravilloso. Aquí está:

Como habréis podido ver, es pura emoción. Espero que sirva para reflexionar sobre lo que estamos haciendo con nuestro tiempo, nuestras rutinas, las citas que dejamos "para la próxima semana"...El mensaje me parece fantástico. A mí es fácil emocionarme, pero no tanto tocarme las fibras.

Me encantaría que mis alumnos lo vieran, pero prefiero invitarlos a que lo vean, los que les apetezca, en su casa. Creo que les va a encantar, aunque a unos cuantos se les escape una lagrimilla, bienvenida sea.

Y yo no quiero, me niego, a perder el tiempo. O tal vez sea mejor decir, me propongo de hoy en adelante administrar mejor mi tiempo. Porque sí, porque la gente a lo que quiero necesita que pase con ellos más horas. Y a mí también me hace falta disfrutar de más momentos juntos, de los que suman claro, sea un día gris o de colores, pero pasarlos juntos, acompañados.

Por eso me he lanzado al móvil y voy quitando quedadas pendientes para hacerlas realidad. El mensaje es simplemente brutal, como un tsunami, no creo que deje a nadie indiferente.

Más personas, menos pantallas.
Más mirarse a los ojos, menos sonrisas perfectas de telenovela.
Más voces, menos whatsapp.
Más amigos, menos "conocidos" de Facebook.
Más verdad, menos cumplidos vacíos.
Más presencia real, menos postureo.
Más exprimir, menos dejar pasar.
Más tacto, menos violencia (física o verbal).
Más palabras, menos silencios incómodos.
...Más vida compartida.

Así que feliz vida con música y con tiempo bien aprovechado y agradablemente compartido.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Domingo de anuncio con Elton John

Navidad es una época idónea para que los creativos publicitarios se estrujen todavía más la cabeza para dar con anuncios que no se olvidan fácilmente. Si además eligen un cantante mítico, acompañado de una maravillosa canción, el asunto va ganando puntos.

Pues bien, la compañía  John Lewis & Partners nos sorprende con Elton John y una de las que es, sin duda alguna, mis canciones favoritas: Your song (tu canción).

Aunque el fin de gran parte de los anuncios navideños es invitarnos a consumir (lo que sea), no he podido resistirme a compartirlo con vosotros. Y lo del final sí es verdad, "algunos regalos son más que un simple regalo." Pero dándole un matiz, los regalos no tienen porque ser "cosas" que se compren con dinero. 

Me da en la nariz que de aquí a Reyes queda más publicidad para compartir en el blog. Os recuerdo una vez más el potencial educativo de los anuncios, y lo poquito (o nada) que los emplean muchos docentes...



Y para combatir las barreras idiomáticas, os dejo un vídeo con la letra de la canción en inglés y la traducción al español. Como pasa con frecuencia en Youtube, hay algún que otro despiste ortográfico...



¿Analfabetismo emocional?...Reflexiones en voz alta

Una amiga se acuerda de mí y me hace llegar un artículo de Goleman que me resulta familiar. Y es que no se puede pensar en inteligencia emocional sin él. Gracias Ana Belén por la inspiración para esta entrada.

Me parece que ya lo he leído, pero disfruto enormemente al releerlo. Os dejo el enlace para que también vosotros podáis disfrutarlo:

Artículo Daniel Goleman: "Los niños aprenden la inteligencia emocional en la vida real."

Después de leerlo por segunda (o tercera vez), sigo pensando que es difícil estar más de acuerdo con él.

Me parece que el "analfabetimo emocional" es un grave problema hoy en día, agravado por el excesivo uso de las nuevas tecnologías. Estamos perdiendo la costumbre de hablar cara a cara, de mirarnos a los ojos, de agarrar la mano de alguien que sabemos que no atreviesa un buen momento, de felicitar de una manera personalizada y no en cadena...Nos hemos atrevido a cambiar todo lo anterior por pésames vía WhatsApp, me atrevo a confesar que alguna vez lo he hecho, y me arrepiento enormemente...nunca más; felicitaciones fruto de reenvíos en cadena; mensajes enlatados que tienen de todo menos corazón...

Y me parece que nuestro miedo va en aumento. Miedo a mostrarnos tal como somos, o tal como éramos y esta sociedad digital intenta impedirnos ser. Y por eso cada vez grabo más audios y envío menos WhatsApp, porque al menos considero que es un plus escuchar la voz, el tono con el que alguien habla y la calidez que puede transmitir. Sigo dándole trabajo a Correos como mínimo tres veces al año. Casi siempre envuelvo los regalos que hago, pensando en la persona que va a recibirlos. Y escribo, mucho, cada vez más, incluso en lugares como este, porque a pesar de su frialdad aparente, me han ayudando a tender un puente con mucha gente al mismo tiempo. Porque sí, no nos engañemos, las TIC también nos ofrecen posibilidades maravillosas. 

Por lo anterior y por muchos otros motivos, quiero alumnos emocionalmente inteligentes, que posean habilidades emocionales que los ayuden a relacionarse con los demás y a entenderse y quererse mejor a ellos mismos. Y no es fácil. Se me antoja difícil cuando en cuanto tienen algo de tiempo libre, se conectan a la videoconsola (u otros dispositivos). Parece que tienen un miedo a atroz a encontrarse con ellos mismos, a reflexionar...

Y como Goleman creo firmemente que sí, que cuanto mejor sepan manejar (o lidiar) los niños con sus emociones, mejores resultados en su aprendizaje podrán obtener. 

Por eso, como madres, padres y docentes, estaría bien que proporcionásemos a nuestros hijos/as, alumnos/as, herramientas para que puedan llegar a ser personas emocionalmente inteligentes. Depende de todos. Esta en nuestras manos, no lo olvidéis.

Hasta aquí las reflexiones de madrugada, cómo no. Feliz domingo.
http://www.ticbeat.com/cyborgcultura/5-indicadores-para-saber-si-alguien-tiene-inteligencia-emocional/

viernes, 16 de noviembre de 2018

Pinceladas de emoción (4)

Cuarta mini-sesión sobre educación emocional. Sinceramente, sabe a poco, media hora no es nada para tratar algo tan relevante pero...es lo que hay. Intento complementarlo con momentos que den pie a hablar sobre emociones y, afortunadamente, prácticamente de todo se puede extraer la parte emocional.

Ha sido una semana dura, muy cargada de todo. Se nota que estamos empezando la cuenta atrás para las vacaciones navideñas o, lo que es lo mismo, el final de la primera evaluación. Se acumula el cansancio, tenemos una excursión a la vuelta de la esquina (próximo lunes), aflora todo, los nervios, la inseguridad, los miedos. Quizá no lo entendáis, pero noto que estamos todos (y me incluyo) con la sensibilidad a flor de piel.

Por fin esta semana les di la cartulina para coleccionar los cumplidos ajenos. Hice un pequeño paréntesis porque no me gustaba tres cuestiones que estaba observando. 

La primera, lo de los cumplidos no ha de convertirse en un partido de tenis, en el que nos obcecamos por devolver el cumplido a aquel que nos lo ha escrito. La segunda, no gana nadie o más bien, ganamos todos. No consiste en ser el más rápido, no me gustaría que esto se convirtiera en una carrera de velocidad. Es importante no precipitarse a la hora de escribir un cumplido a alguien. Y la tercera, hay que esmerarse y cuando se escribe algo, que sea algo sincero, no poner algo para rellenar. Qué bonito es poner en palabras lo que sentimos. Si a mí no me resulta difícil encontrar cumplidos sinceros para todos los niños y niñas que están en mi aula (llevamos dos meses y una semana escasa "conociéndonos"); me parece que a ellos tampoco debería resultarles tan complicado, porque se conocen desde hace mucho tiempo. Sí, aunque ellos sean niños y yo una adulta, tienen datos de sobra para dar con un cumplido escrito con franqueza para cada compañero.

Debido a todos los motivos anteriores, para darles una pausa, dejar que reflexionen y evitar que cojan carrerilla, ya saben que la próxima semana no van a escribir ningún cumplido, sino que voy a coger el relevo. Sí, tal cual, escribiré algo bonito para cada uno. Tengo la suerte de ser muy observadora (o eso creo) y, ahora y no antes, soy capaz de poder escribir un cumplido para cada uno. Me parece que los conozco lo suficiente, no quiere decir que mucho, como para hacerlo. De hecho cada uno marcamos qué queremos, si mucho o poco y qué parte, que los demás sepan de nosotros mismos. Los niños no son una excepción.

Hecho el inciso de nuestros álbumes de cumplidos, voy a las pinceladas de hoy. Retomé El Monstruo de colores, volviendo a leer la rabia, que es donde nos quedamos a medias. Recordé la importancia de no gestionar nuestra rabia a través de la violencia, porque lo único que conseguiremos es empeorar la situación y no vamos a sentirnos mejor. Les pedí que pensasen qué hacen (o qué pueden hacer) para detener el volcán, cuando está en erupción y no deja de echar lava.  Y además hice hincapié en la necesidad de evitar pagar nuestra rabia con los demás. 

Justo en ese momento pensé interiormente en el significado de lo que les estaba contando, y me calmé. Ya les había dicho que sentía rabia al entrar esa última media hora en la clase, pero ellos no eran los causantes, y no tienen que "pagar el pato."

Hablamos de posibles herramientas o estrategias para relajarse cuando están rabiosos, nerviosos, inquietos...Los que quisieron explicaron brevemente qué hacían y salió varias veces la estrategia de respirar, de concentrarse en nuestra propia respiración, en inhalar y exhalar...Les conté que un curso para profes hicieron ejercicios de relajación y nos pidieron que cerrásemos los ojos. Yo no lo hacía, porque para mí me producía inquietud y mis sentidos estaban más alerta, me ponía más nerviosa en vez de relajarme. Y una cosa a tener muy en cuenta, lo que para una persona funciona tal vez para otra sea una mala opción.

Cuando el día (tiempo atmosférico) lo permita, trabajaremos alguna estrategia para relajarse en momentos de irascibilidad, nerviosismo, inquietud...

Y entre intervenciones de unos y otros, no sé muy bien cómo, hablamos de lo que hacemos cuando los nervios, las preocupaciones, el cansancio...no nos dejan conciliar el sueño. Les dije que por ejemplo, si justo antes de irse a dormir han estado entrenando al deporte que sea, su cabeza se ha activado y, aunque les resulte extraño, por muy cansados que estén, no van a quedarse "fritos" tan fácilmente. Ahí ya expusieron qué hacían para intentar dormir en caso de tener la cabeza llena de preocupaciones, estar nerviosos, sentirse inquietos...Escuchar música, leer...Todas me parecieron buenas porque hay mil respuestas válidas y lo importante es dar con lo que nos funciona a cada cual en una situación concreta.

Pasé página, literalmente, y el libro continúa con el miedo. Cambié el planteamiento de la semana pasada y no pregunté qué haces cuando sientes miedo, sino a qué tienen miedo, qué les hace sentir miedo. Muchos coincidieron en Halloween. Les dije que eso era fácilmente evitable, porque nadie podía obligarlos a salir esa noche concreta, igual que los que dijeron que ver una película de miedo. Me parece una forma innecesaria de exponerse a algo que, en un porcentaje elevado, va a provocar que lo pasemos mal. 

Entre medias tuve que llamarle la atención a unos cuantos, porque lo de la escucha atenta es complicado, supongo que necesitamos seguir insistiendo en ello. Y lo haré, es básico. Me parecía fatal que porque algunos estuvieran hablando, no fuera capaz de escuchar lo que me estaban diciendo los que tenía más próximos.

Tras una lluvia de ideas de miedos cortados por el mismo patrón, aparecieron lo que para mí son MIEDOS, así, en mayúsculas. Una niña dijo que su miedo era que a su familia le pasara algo. Vi las miradas de muchos y el respingo en el asiento que dieron otros y sí, creo que dio en el clavo. A la familia añadí los amigos, porque la familia es importantísima y los amigos son la familia que nosotros elegimos. Les dije que era algo normal a su edad, en particular el miedo a la muerte entre los 8 y 10 años. Ahora mismo no localizo la fuente en la que leí eso. Buscando encuentro varios ejemplos que amplían el miedo a la muerte como algo característico de los niños y niñas hasta los 12 años. Incluyo tres ejemplos:



Conté una experiencia personal de alguien de mi familia. Ha pasado por varios problemas serios de salud, en clase sí especifiqué más, entre otros una operación. Ante esa situación hay varias opciones, no contemplaba que esa persona fuera a fallecer a causa de la operación. Debemos intentar afrontar lo que viene, que va a venir igual, de la forma más optimista posible. Sí, eso no nos asegura que el resultado sea bueno, pero no hay que sufrir antes de tiempo. Y también les dije que, lamentablemente, aunque pensemos en positivo, a veces las cosas no salen bien, y no hemos podido evitarlo, y hay que aceptarlo lo mejor que podamos. Eso sí, no hay que obsesionarse que algo malo les va a pasar a los que queremos. Si tiene que suceder, sucederá igual.

Por ejemplo una niña habló de miedo a los tiburones y a las pirañas. En tono de humor le contesté que si se van cerca de Guijuelo al río, "seguro" que se encuentran con pirañas y tiburones. Ni mucho menos me estaba riendo de lo que decía, pretendía que entendiera que eso no era lógico.

Les puse una situación hipotética, si en Guijuelo hubiera graves inundaciones y a su casa no les pasa nada. Sería natural que a partir de ese momento pensaran que su casa puede inundarse, porque cerca de ellos ha pasado algo que provoca que lo vean como mucho más probable. Pero ni bajo esas circunstancias hay que pensar que nuestra casa va a "inundarse."

Me encanta que hablen, que se expresen, que compartan una ínfima parte al menos de lo que les quita el sueño, lo que les preocupa...de lo que sienten. Soy una privilegiada. Y en esas estábamos cuando miré el reloj y comprobé que era el momento de dejarlo ahí. Qué pena. De nuevo, me supo a poco. No sé si el próximo viernes terminaremos con El monstruo de colores, porque está dando pie a que todos quieran intervenir en algún momento. Y eso, eso que se respira en clase, me hace muy feliz.

En cuanto a los miedos, me he acordado de una canción de Jarabe de palo, que en su despedida de Salamanca me dedicaron en un karaoke dos amigos, Rubén e Iván. Y han pasado ya 12 años. Es un mensaje a todos los que me importan, que son muchos...¡GRITA!